martes, 30 de julio de 2013

Reciban cordial saludo, 

El director del SENA regional Quindio hace la siguiente invitación a todos los miembros del Comité Intergremial para concertar sobre las necesidades de capacitación y formación de la mano de obra que existe actualmente en el departamento según las demandas de los diferentes sectores.    

El evento se realizara de manera privada con el Comité Intergremial el Miércoles 31 de julio a partir de las 4:00 PM en la  Sala de juntas “Juan Antonio Bautista Sanchez” de la Dirección Regional ubicada en la sede de la Vereda San Juan. 

Es importante frente al desempleo actual que vive el departamento, que los gremios aprovechen este espacio para expresar las falencias que se identifican desde cada sector y las necesidades puntuales para tener mano de obra calificada que permita mejorar la productividad y competitividad de los sectores.  


Contamos con su valiosa participación. 

Atentamente, 

JOSÉ SANTOS HERNÁNDEZ PÉREZ
Presidente Junta Directiva 

jueves, 11 de julio de 2013

Armenia, Julio 11 de 2013

Compartimos columna publicada en el diario Portafolio el día de hoy sobre crisis institucional

¿Cuáles instituciones?

Por: Germán Umaña Mendoza Julio 10 de 2013 - 8:06 pm

¿Crisis en las instituciones gremiales de los sectores productivos? La respuesta es relativamente obvia: los gremios más conocidos representan a los más grandes y a los más poderosos, pero, ¿qué ocurre con todos los demás?
Algunos ejemplos:
La Asociación Nacional de Empresarios (Andi), en el pasado la más influyente agremiación de los industriales, hoy se debate en una crisis de identidad.
Uno se pregunta a quiénes representa ¿A las multinacionales, a los importadores, a los sectores industriales, que en sus producciones incorporan esencialmente insumos importados, o a las industrias nacionales con encadenamientos productivos importantes con otros sectores del capital nacional (agropecuario o industrial)?
En la práctica, parecería imposible atender intereses evidentemente contrapuestos. O se silencia o se interviene exclusivamente en aspectos macroeconómicos o políticos y, eso es lo que ocurre.
La Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), gremio de gremios del sector agropecuario, tal vez es el organismo que más claridad ha tenido con sus investigaciones y estudios sobre las consecuencias del desordenado proceso de internacionalización y apertura económica, y sus nefastos efectos sobre la soberanía y seguridad alimentaria.
Sin embargo, lejano a los pequeños y medianos productores, y sin ninguna influencia sobre el campesinado y sus organizaciones.
Basta ver su pobre papel en las actuales protestas y el paro agrario, que se cierne como una amenaza y es la respuesta –buena o mala– a la crisis en el campo. Lo mismo pasa con la Federación de Cafeteros.
Las cámaras de comercio, y notablemente las de las grandes ciudades: bellísimas oficinas, costosas nóminas, recursos cuasiparafiscales ingentes. Sustituyen, sin muchos aciertos, a las instituciones de las ciudades. Imponen sus condiciones, opinan y estudian desordenadamente sobre todo, hablan de competitividad, y ellas mismas tienen profundas falencias en esa materia. ¿Qué harían sin los recursos públicos?
Mientras tanto, desde los actores que no se sienten representados surgen nuevos movimientos que aún no tienen fortaleza institucional, pero sí capacidad de negociación.
Captan la real problemática y entienden que el modelo de desarrollo está con, por los menos, tres de las cuatro llantas pinchadas (no promueve la oferta, contribuye a la competencia desleal y, como consecuencia, pone en riesgo de desaparecer a muchas de las actividades productivas).
La respuesta del Gobierno es la de las prebendas: a los poderosos ya se las han dado todas, es difícil pedir más.
A los demás, como los taxistas: “cobran o pagan, de acuerdo con la carrera y con el pasajero”. Reparte subsidios de acuerdo con la magnitud de la protesta y se niega siquiera a contemplar la posibilidad de entender que lo que falla es la desordenada internacionalización, la exclusiva apertura hacia adentro, y la ausencia de política productiva, tecnológica y de fortalecimiento de las instituciones.

Germán Umaña M.

Decano de la Universidad Central